Escrito por: Daniel García Sánchez y Francisco José Garro Quiñonero
Las puertas de los hogares, las calles, las huertas de Alhama se llenan de muñecos vestidos con viejas ropas de casa y caras pintadas que representan a humanos. Con ello se recrean los antiguos oficios ya desaparecidos, escenas de la vida cotidiana en tono humorístico y secuencias satíricas de agudeza crítica que ponen de manifiesto problemas o temas puntuales de actualidad.
Los mayos es sinónimo de alegría, las personas viven la fiesta rodeados de muñecos que representan momentos de antaño, actuales y cómicos, se recuperan ropas, enseres, aperos, trillos y herramientas de otras épocas, el visitante o persona autóctona que disfruta la fiesta percibe a su alrededor un verdadero museo etnográfico, historia.
Estos peleles que rodean la ciudad transmiten un mensaje mediante la cartela que les acompañan para comprender la escena que representan o para reconocer al personaje en sí, más allá de estos denominados mayos, se encuentra un gran acontecimiento cargado de mercados medievales, concentraciones, talleres, degustaciones y un largo etcétera que se puede resumir en una fiesta de interés turístico internacional que recoge la esencia de nuestra tierra, nuestra historia y que llena de fantasía y diversión a las personas que participan en ella.
Arte es aquella actividad o producto realizado con una actividad estética o comunicativa. La festividad de Los Mayos de Alhama expone nuestras costumbres murcianas y las presenta al mundo para que este beba de ellas. Los mayos es arte.