La testigo, una cabo que investigó el crimen, ha rechazado también que uno de los detenidos fuera presionado para denunciar al otro
Una cabo primero de la Guardia Civil que investigó el asesinato de una anciana de 83 años en su domicilio de Alhama de Murcia rechazó este lunes lo afirmado por los dos presuntos autores, que afirman que fueron maltratados por los agentes y que uno de ellos fue presionado para que denunciara al otro.
La testigo, al referirse en concreto a Mario C.M., explicó que de haber existido ese maltrato, habría sido captado por las cámaras que están instaladas en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil, a los que había sido trasladado tras ser detenido en el municipio en el que ocurrieron los hechos, hace ahora poco más de tres años.
También manifestó, a preguntas del fiscal, que jamás “fuerzan” la resolución de los asuntos, “ya que las investigaciones unas veces llegan a buen puerto y otras, no”.
Reveló que durante la investigación de este asesinato, un día se puso en contacto con la Guardia Civil la madre de un menor de 10 años que aseguraba haber oído a este que tenía información del crimen, por haberlo escuchado o por haber estado también en la vivienda de la anciana la noche del suceso. Los agentes se presentaron en el lugar donde se encontraba el menor, tras empatizar con él, tuvieron una conversación que se prolongó por espacio de dos horas.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que no decía toda la verdad, pero, también, que algunos aspectos que relataba coincidían con lo que realmente había ocurrido, y que aquellos conocían por las diligencias ya practicadas.
También manifestó que, aunque en un momento atribuyó el robo y el crimen a dos inmigrantes que creía que vivían en Librilla (lo que no se pudo acreditar), después se refirió con sus nombres a los dos acusados.
La testigo añadió que durante la entrevista, observaron que el menor sentía miedo hacia Mario C.M., aunque sobre los dos dio datos muy precisos que los involucraban en los hechos.
A lo largo de la declaración comentó que en sus primeras declaraciones Juan Jesús M.N. y el niño coincidieron en señalar que el único que entró en el domicilio de la anciana fue el otro procesado y que ellos esperaron en la calle en labores de vigilancia.
También indicó que Juan Jesús M.N., en sus primeras declaraciones, hizo referencia a unos datos sobre la distribución de la vivienda y la posición de la víctima que sería “imposible” darlos por una persona que no conociera el lugar.
Esta nueva sesión de la vista oral, que se desarrolla ante un jurado popular, registró varios incidentes procesales cuando el presidente, el magistrado Juan del Olmo, declaró capciosas o impertinentes varias de las preguntas de las defensas de los acusados.
El juicio continuará este martes con la intervención de los agentes de la Guardia Civil que recogieron los mensajes emitidos y recibidos por Mario C.M. en los días previos a los hechos.
El fiscal, en sus conclusiones provisionales, pide para este último penas que suman 23 años y medio de cárcel por los delitos de robo con violencia, asesinato y contra la administración de justicia, mientras que para el otro acusado reclama cuatro años y tres meses de prisión, al atribuirle su participación solo en el robo.
Por su parte, la acusación particular, que ejercen dos hijos de la fallecida, pide más de treinta años de prisión para cada uno de los acusados, al considerar que los dos intervinieron en el robo y en el asesinato, mientras que las defensas reclaman la absolución.