La Audiencia Provincial de Murcia ha confirmado la sentencia de un Juzgado de lo Penal de Lorca que, en marzo pasado, condenó al pago de una multa de 2.160 euros al encargado de una finca ubicada en Alhama por la colocación de veneno para combatir los daños que las ardillas causaban en la explotación.
El Juzgado declaró probado que los hechos fueron descubiertos por agentes medioambientales durante la inspección llevada a cabo en la finca, que se encuentra dentro del Parque Regional de Sierra Espuña.
En pinos de la misma fueron descubiertos restos de una sustancia y pequeños envoltorios de plástico con una esfera blanca de alcanfor que habían sido colocados por el acusado con el fin que se ha indicado.
Y añadía que “al ser la sustancia bromadiolona, con una actividad rodenticida y topicida, su uso provocaba, además, un grave riesgo de intoxicación secundaria a través de la cadena trófica, para otras especies de fauna existentes en la zona”.
El Juzgado condenó al acusado como autor de un delito contra el medio ambiente a la pena de nueve meses de multa, con una cuota diaria de ocho euros, además de imponerle la prohibición de cazar durante un año.
En su apelación, el condenado reiteró su inocencia al asegurar que los cebos envenenados estaban colocados fuera de la valla perimetral de la finca y junto a un camino por el que transitan numerosas personas que se acercan al Parque Regional.
Además, expuso que el hecho de ser el encargado de la misma no supone, necesariamente, que él fuera el autor de la colocación de los cebos contra las ardillas.
La Sala, al desestimar la apelación, dice que los indicios tenidos en cuenta por el Juzgado son suficientes para considerar acreditados los hechos por los que fue condenado.
Y añade que “solo al acusado podría beneficiar dicha conducta, y no a ningún extraño a dicha plantación”, ya que con la misma se trataba de evitar daños en la plantación de almendros y en el sistema de riego por goteo.
Fuente: EFE
